domingo, 9 de marzo de 2014

Jonathan Ive


Nació en Londres, en el año 1967. 

Estudió diseño en la Escuela Politécnica de Newcastle y trabajó para el estudio de diseño industrial Tangerine, con sede en Londres, donde diseñó varios  productos.

En Tangerine también participó de la creación de Power Book para Apple Computer en 1991.

Mientras estaba trabajando en este proyecto, Ive observó y concluyó que era una gran oportunidad para crear productos nuevos e interesantes, diferentes de los tradicionales ordenadores.

Por aquel entonces, la industria informática se centraba en los aspectos internos de las máquinas (velocidad de procesamiento y capacidad de memoria), y se concedía poca importancia a su aspecto externo.

Como consecuencia de ello, la industria estaba sufriendo una “quiebra creativa”.

Frustrado porque como colaborador externo podía ejercer poca influencia en el futuro de  los ordenadores, en 1992 entró a formar parte de diseñador de Apple y fue nombrado director artístico.

Hasta que Steve Jobs no regresó a Apple, el equipo no pudo centrarse en la “búsqueda de un buen diseño”.

Jobs se dio cuenta de que Apple necesitaba recobrar su identidad. El día de su regreso, comenzaron el proyecto iMac.

El iMac, que salió en el año 1998, rompió con todos los esquemas.

Apple, (cuya cuota descendió un 3% en 1997) había apostado por un ganador que podía hacerle recobrar su fortuna. Se vendieron más de 150.000 iMac.

Gracias a una campaña publicitaria con el eslogan “Chic, no Geek” (elegante, no cursi), el i Mac se convirtió en el ordenador más vendido de EEUU, y se vendió más por su diseño que por su tecnología.

Los diseños de Ive han logrado diferenciar con éxito las Macs de los PCs.

Además, no hay duda de que la gente que compra productos de Apple por su aspecto, se queda maravillada por el sencillo sistema operativo que incorpora la compañía.